A menudo no sabemos lo que tenemos. Nos gusta explorar. Al volante de nuestro todo terreno buscamos experiencias únicas, es un rasgo que nos distingue, y nos gusta. Cualquier aficionado al 4×4 valora por encima de todo la libertad y genuina aventura del viaje Off Road.
Nos disponemos a descubrir una de las regiones más despobladas de Europa, y para ello contamos con una nueva herramienta, el Navigattor GPS.
Agreste y recia la provincia de Teruel es un regalo para el viajero. Rincón inigualable, rebosa naturaleza. Sus amplias zonas completamente deshumanizadas aportan un efecto de tierra inexplorada, una sensación de descubrimiento constante y una oportunidad de compartir el espacio con una fauna y flora difíciles de contemplar en otras partes.
Teruel territorio de paisajes naturales
Aquí el paisaje es un mosaico de contrastes, a menudo virgen, apenas ha sentido la mano del hombre y ofrece parajes sorprendentes, más propios de países lejanos y exóticos. En los valles los pueblos de la comarca tienen un aire placido, parecen ajenos a la vorágine del mundo, como si tuviesen un tiempo distinto. Gúdar, Javalambre o Albarracín son nombres que han quedado en nuestra memoria y han dejado su impronta en nosotros.
Pero es que además la comarca está jalonada de huellas de la historia. Aquí se pueden encontrar signos de los pobladores prehistóricos o celtas y romanos, y por supuesto árabes, y la más cercana a nosotros, el recuerdo de la guerra civil persiste con fuerza en las trincheras, jalona valles, cimas y desfiladeros como testigo mudo de un pasado violento y doloroso.
En la confluencia de los ríos Guadalaviar y Alfambra, que forman el Turia se encuentra Teruel. Es una delicia templar el ánimo paseando por las angostas calles con reminiscencias medievales, el arte Mudejar se deja ver en todo su esplendor en la Torre de la iglesia del Salvador, Patrimonio de la Humanidad desde 1986. Visitar el mausoleo de sus famosos amantes y tomar una caña de cerveza en la plaza del torico y degustar la gastronomía local son ineludibles si visitas la capital turolense.
Mapas y rutas con el Navigattor GPS
Dejamos el asfalto para tomar la pista a la derecha poco antes de llegar a torres de Albarracín. El Navigattor nos indica claramente nuestra posición, en el mapa de la pantalla la pista aparece serpenteando entre curvas de nivel, seguiremos rumbo suroeste hasta encontrar otra pista, la que nos llevara más hacia el norte.
La sierra de Albarracín es uno de los puntos de la península ibérica con mayor número de manantiales, en ella nacen los ríos Tajo, Cabriel, Gallo y Guadalaviar. El más famoso y el más largo de la Península Ibérica, el Tajo, brota de la roca en lo más alto de la sierra, cerca de Frias de Albarracin para 1.072 kilómetros mas la oeste desembocar en Lisboa.
Echando un vistazo al Navigattor podemos apreciar cómo cerca del cerro llamado Muela de San Juan nace el río Guadalaviar, que atraviesa Guadalaviar, Villar del Cobo, Tramacastilla, Torres de Albarracín, Albarracín y Gea de Albarracín, llegando a la comarca de Teruel tras haber cruzado las grandes sierras de oeste a este.
A más de 1.500 metros de altitud el paisaje va cambiando, los densos bosques van quedando atrás y entramos en los dominios de la sabinarastrera, una peculiar planta achaparrada que crece más en anchura que en altura, poco más de un metro, una forma natural muy eficaz para soportar los fuertes vientos y las bajas temperaturas.
La pista serpentea entre las sabinas, en algunos tramos apenas se aprecian las roderas, la vegetación engulle la pista y dificulta el avance. Rodamos a 10 kmh cuando de pronto tres ciervos cruzan frente a nuestro vehículo, con trote elegante y sin inmutarse se alejan descendiendo por la cima entre las sabinas. Apenas han sido unos segundos, pero que extraordinaria visión.
Llegamos a un punto en el que confluyen diversas pistas, es como un laberinto, pero en lugar de setos, las sabinas rastreras están por todas partes. De nuevo el Navigattor nos saca del atolladero, es realmente sorprendente lo fácil que resulta encontrar el buen camino. Seguimos adelante, vamos descendiendo hacia Monterde de Albarracin, a la salida del pueblo recuperamos la pista que en suave pendiente se encarama de nuevo buscando la cumbre de la sierra.
Atravesamos un inmenso pinar donde pacen plácidamente reses bravas, circulamos muy despacio entre los rebaños, las reses nos miran con desgana, desde luego no les inquietamos lo más mínimo.
De nuevo rodeados de sabinas rastreras y algunos bosquecillos de pino albar, parada obligada para contemplar una naturaleza casi virgen, aquí la presencia del hombre es poco más o menos que inexistente, salvo la pista que nos ha traído hasta aquí, no se ve ningún signo de civilización.
Fauna de la provincia de Teruel
Por lo que sabemos una gran variedad de fauna silvestre habitan la serranía turolense, el ciervo y el jabalí son los más grandes, les acompañan el búho real y el halcón peregrino y algún águila real, corzos, zorros e incluso el gato montés, los más visibles conejos y liebres, perdices y codornices, por supuesto ardillas, y sus ríos cuentan con la presencia en sus aguas de la simpática nutria.
Continuamos la ruta tomando otra pista, que nos lleva por un valle flanqueado por frondosos bosques. Poco a poco la pista con abundante piedra suelta nos aleja del claro y nos conduce por un bosque de coníferas, nos dirigimos al norte. El camino tiene profundas cicatrices, sin duda la poca actividad humana de este paraje dejo en invierno unas profundas rodadas que dificultan el camino. El paisaje es espectacular. Tras un recodo descubrimos esa actividad del hombre, varios árboles cortados y sin sus ramas están listos para ser transportados en medio de la pista. No se puede seguir por aquí.
Los arboles no se pueden rodear, hay dos opciones, volver por nuestros pasos o buscar una nueva ruta. No hay de qué preocuparse, contamos con una herramienta infalible, consultamos nuestra posición y la cartografía en el Navigattor y “et voila” encontramos una ruta de salida, y no cualquiera, una que nos llevara directamente al nacimiento de rio Tajo.
Y así pasan los días, y vamos descubriendo una tierra con grandísimo encanto, un sinfín de posibilidades para explorar y deleitarse con una naturaleza generosa, en ocasiones exuberante, un paisaje fabuloso, cuando pensamos que todo está descubierto, y que solo tras un largo viaje encontraremos lo insólito, la serranía de Teruel nos ofrece cuanto deseamos para colmar nuestra sed de aventura y descubrimiento. «Gracias Teruel por existir».
Si te ha gustado nuestro artículo, no olvides suscribirte a nuestra revista:
[newsletter_signup_form id=1]